12 de Febrero de 2019
De donde venimos y hacia donde vamos
Este año que culmina mostrará un mercado de aproximadamente 45.000 vehículos facturados que implica una caída en el entorno del 20% respecto al año anterior. Si bien esto de por si preocupa, si pasamos la lupa y miramos a fondo la situación, nos encontramos con un panorama sobre el cual hay que tomar la debida nota y llamar a la reflexión de todos, comprendiendo al consumidor, al empresario del sector y a las autoridades nacionales y departamentales.

Por Ignacio Paz, gerente ACAU.
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Se advierte una situación preocupante si tomamos en cuenta que, por ejemplo, este año lejos de ir en un progresivo alivio de la carga tributaria que pesa en los vehículos, comenzamos en enero con una suba de uno de los tantos tributos: La Tasa Consular, que se incrementó en un 150% de su valor, pasando de un 2% al 5%. Esto profundiza ese poco honroso primer puesto en valor de los vehículos del continente y de los más caros del mundo.

 

Pero yendo a la interna de las empresas, estas no escapan a la realidad y el reclamo de todos los sectores, donde las subas de tarifas, impuesto y costos laborales hacen una carga muy pesada que conspira en contra de la creación de puestos de trabajo muchos de ellos calificados, sino que obliga a revisar a la baja la plantilla actual.

 

Y mirando más allá del horizonte sin poner límites, se alcanza ver que tiempos de cambios se avecinan; época bisagra es la que nos toca vivir en el sector automotriz que será vista en el futuro como la gran revolución. Estamos viviendo la transición hacia la movilidad eléctrica.

 

Esta transición no se debe entender como un simple cambio de motorización; con ella vienen cambios culturales, de costumbre y de una movilidad entendida muy diferente a la que hoy estamos acostumbrados. Llegarán a Uruguay estos cambios impulsados por factores socio-económicos entendido por factores de urbanización, digitalización, restricciones de emisiones y preferencias del consumidor pasando de lo usual de un vehículo por propietario, hacia un esquema de servicio a demanda. A esto se sumará la conducción autónoma que vendrá de la mano de los eléctricos.

 

¿De dónde vendrán estos cambios? China es el mercado más grande de movilidad eléctrica en el mundo, y ya en estos días los VE son el 3,6 % del total de los vehículos que transitan las calles del gigante asiático. Lo sigue EEUU con una evolución exponencial tanto de los VE sino también de la infraestructura de carga; Noruega es el país de mayor penetración de autos eléctricos del mundo.

 

¿Qué hicieron estos países para que ya sea una realidad la movilidad eléctrica? Vimos en todos ellos una decisión firme de parte de los gobiernos de fomentar e incentivar la penetración de VE, invirtiendo en infraestructura de forma tal que el país y sus ciudades estuvieran pronta para recibirlos. No es esperable que fondos privado inviertan en un mercado donde aún no hay VE; compete al Gobierno dar las condiciones necesarias para que ello suceda.

 

Y Uruguay ha comenzado a dar pasos en ese sentido. Para empezar, nuestro país se encuentra pronto para suministrar de electricidad a un parque automotor que, si mañana nos despertamos y todos los vehículos fueran eléctricos, estaríamos en condiciones de abastecerlos. También ya se han dado incentivos y hay políticas con beneficios impositivos, subsidios a la compra de VE, beneficios a empresas y proyectos de inversión, patente de rodados exonerada para VE, arancel externo de tasa 0% y otros impulsos que indudablemente reflejan el ánimo de caminar en ese sentido.





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